Para este proyecto el cliente solicitaba la incorporación de unos vestuarios y una zona de sombra para la asistencia a los partidos de fútbol. El proyecto plantea una actuación simple que dé unidad de toda la intervención. Se trata de desarrollar el programa adosado a un muro blanco.
Calles estrechas rodeadas de muros bajos. Una casa pequeña en un solar grande y llano. La sorpresa es el argumento de una propuesta que hace la casa grande con la prolongación de la cubierta, que hay que atravesar para descubrir su entorno. El resultado responde a la privacidad solicitada de una casa sencilla que disfruta del mejor modo su propio entorno. El concepto espacio servidor-espacio servido: la rotura mínima del volumen, enfatizando el cambio de inclinación de la cubierta, acaba separando los dos espacios.
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